El presidente de Brasil recordó el intento de golpe de Estado que sufrió su gobierno el pasado 8 de enero y acusó a su antecesor Jair Bolsonaro de preparar el ataque de sus partidarios en los edificios del centro del poder en Brasilia.
El objetivo del encuentro, destacaron Fernández y su par brasileño Lula Da Silva en la previa, será para buscar que la CELAC "recupere protagonismo internacional".
El presidente de Brasil Luiz Inácio Lula Da Silva arribó ayer por la noche a la Argentina en el avión presidencial de su país, el cual aterrizó en la Aeroestación Militar del Aeroparque Internacional de Ezeiza.
El plan, que se discutirá en la cumbre de la CELAC que se desarrolla en Buenos Aires esta semana, se centrará en cómo una nueva moneda que Brasil sugiere llamar "sur" podría impulsar el comercio regional y reducir la dependencia del dólar.
"Lamento lo que pasó el día 8, algo increíble, pero en mi gobierno la gente aprendió lo que es la política, conoció los poderes, empezó a valorar la libertad", expresó el ex mandatario en un video que grabaron sus simpatizantes.
Lula recibió a senadores y diputados, entre ellos el presidente de la Cámara, Arthur Lira, y al presidente interino del Senado, Veneziano Vital do Rêgo, quienes fueron al Palacio del Planalto para entregar el decreto de intervención en seguridad del Distrito Federal, rápidamente aprobado por el Congreso.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, visitó esta noche el palacio del Supremo Tribunal Federal (TPF) uno de los edificios vandalizados el domingo por simpatizantes del ex mandatario Jair Bolsonaro.
"El Comité Nacional del radicalismo hace pública su preocupación por los recientes acontecimientos en la hermana República de Brasil", expresaron a través de un comunicado.
Bolsonaristas asaltaron los edificios de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial para exigir que las fuerzas armadas derroquen al presidente Luiz Inácio Lula Da Silva.
Simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro invadieron el Congreso, el palacio de presidencial de Planalto y la sede del Tribunal Supremo en Brasilia, tras sobrepasar los cercos de seguridad y las barreras policiales.
Respecto a la cuestión de las armas en manos de civiles, algo que Bolsonaro había hasta incentivado, Lula suspendió la emisión de nuevos permisos para la compra y la creación de clubes de tiro.
Testigos vieron a simpatizantes de Bolsonaro, muchos con sus camisetas amarillas de fútbol o envueltos en banderas brasileñas, enfrentándose a las fuerzas de seguridad en la sede policial.
Bolsonaro ensayó en las últimas horas su primer discurso público tras las elecciones de domingo, en el que no se refirió en ningún momento al resultado ni a su rival.
En su primer acto tras imponerse en la segunda vuelta electoral de este domingo, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) recibió a Fernández en el hotel Intercontinental de San Pablo.
Frente al silencio de Jair Bolsonaro, medios brasileños indican que Hamilton Mourão se contactó por mensaje de texto con Geraldo Alckmin, el vicepresidente de Lula para iniciar la transición.
"Lula es un líder como no he conocido antes. Lo conozco desde el 2002 y tiene una peculiaridad que es que tiene un liderazgo que los auténticos lideres deben velar" dijo el Presidente.