Escándalo Epstein: Revelan nuevos correos que comprometen al exsecretario del Tesoro, Larry Summers
El exfuncionario de la administración Clinton y figura clave de Harvard fue vinculado a Jeffrey Epstein tras la publicación de comunicaciones internas que sugieren una relación más estrecha de lo admitido.
Un nuevo lote de documentos filtrados ha revivido las controversias que giran en torno al fallecido financiero Jeffrey Epstein, e implican directamente a Larry Summers, exsecretario del Tesoro de EE. UU. durante la presidencia de Bill Clinton y expresidente de la Universidad de Harvard.
Los correos electrónicos, que datan de hace más de una década, sugieren que la relación entre Summers y Epstein era más fluida y cercana de lo que el economista había reconocido públicamente. Aunque Summers siempre ha sostenido que su interacción con Epstein fue estrictamente profesional y limitada a gestiones filantrópicas para Harvard, las comunicaciones internas ahora reveladas parecen pintar un cuadro diferente, con intercambio de favores y planificación de reuniones.
Según los reportes, una de las cadenas de correos más comprometedoras muestra la solicitud directa de Epstein a Summers para que facilitara un encuentro con una figura política internacional de alto perfil. Aunque no hay evidencia de ilegalidad en las comunicaciones, la revelación es un golpe reputacional para Summers, que hasta ahora había logrado mantener una distancia cautelosa del escándalo de Epstein, quien se suicidó en prisión mientras esperaba juicio por tráfico sexual.
Esta nueva revelación subraya la extensa red de contactos de alto nivel que Epstein cultivó en el mundo académico, político y financiero, utilizando su riqueza y mansiones como herramientas de influencia. La institución de Harvard, que previamente había aceptado donaciones de Epstein, ya había emitido un comunicado lamentando cualquier conexión, pero este nuevo material podría obligar a la universidad a una nueva revisión interna.
Expertos legales sugieren que, si bien estos correos no constituyen una prueba de complicidad en los crímenes de Epstein, sí exponen la negligencia o la indiferencia de figuras públicas poderosas ante el historial ya turbio del financiero en aquel momento. La opinión pública ahora exige una mayor transparencia sobre la naturaleza exacta de estas interacciones.
