La industria argentina, en crisis: cae el uso de la capacidad instalada a niveles inéditos
De acuerdo con datos del INDEC, en marzo fue sólo de 54,4% y redondeó el tercer peor inicio de año histórico de la industria.
Los datos publicados recientemente por el INDEC confirman un panorama preocupante para el sector industrial argentino. En marzo, el uso de la capacidad instalada cayó al 54,4%, lo que representa uno de los niveles más bajos desde que se tiene registro. Sólo en dos ocasiones se observaron cifras peores: durante la cuarentena por la pandemia de COVID-19 en 2020 y en el mismo mes de 2024, cuando se produjo un desplome abrupto.
Aunque este indicador suele analizarse en términos interanuales, sorprendió que en marzo se quebrara la estacionalidad habitual y el número fuera incluso inferior al de febrero, que había sido del 58,6%.
De acuerdo al informe de Utilización de la Capacidad Instalada en la Industria (UCII), este fue el tercer peor arranque de año desde que se mide la serie histórica, reflejo de un deterioro profundo del entramado productivo.
Varios elementos confluyen en este escenario adverso. La incertidumbre cambiaria sigue generando un clima de inestabilidad, mientras que el consumo interno permanece deprimido. A esto se suma una mayor apertura a las importaciones, que no sólo desplaza producción local, sino que afecta directamente la generación de empleo.
Durante el primer trimestre de 2025, la utilización promedio mensual de la capacidad instalada fue del 56%. También aquí se repite el patrón: sólo fue superado por los bajos promedios de los años 2020 (55,7%) y 2024 (55,2%).
En definitiva, el primer tramo de la gestión de Javier Milei muestra indicadores industriales más negativos que incluso el año más duro de la pandemia.
El retroceso de marzo se correspondió con una caída del 4,5% en la actividad industrial mensual, ajustada por estacionalidad. Desde la Unión Industrial Argentina (UIA) explicaron que la combinación de bajo consumo y el avance de las importaciones de bienes finales ha afectado especialmente a las pequeñas y medianas empresas, muchas de las cuales pierden participación en el mercado interno.
En su último reporte de coyuntura, la UIA destacó que "si bien comienzan a percibirse algunas señales de mejora, la industria sigue mostrando una fuerte heterogeneidad sectorial, influida en parte por la competencia creciente de productos importados".
El informe también alertó sobre el fuerte aumento en la importación de bienes de consumo, con una suba interanual del 75,7%, muy por encima del incremento en bienes intermedios (6,1%). Esto evidencia que las importaciones están repuntando a un ritmo mucho más acelerado que la producción local.
Preocupación en las PyMEs
La preocupación en el sector PyME también es creciente. Un informe reciente del Observatorio PyME, citado por la Junta Directiva de la UIA, reveló que el 40% de las pequeñas y medianas industrias se sienten amenazadas por el avance de las importaciones en el mercado interno. Este porcentaje es similar al de años críticos como 2018, 2016, 2009 y 2008.
Además, entre las empresas que perciben esta amenaza, el 56% informó una pérdida de participación en el mercado local, lo que representa el 23% del total de PyMEs industriales. Esta tendencia también coincide con lo ocurrido en los años mencionados, lo que sugiere una repetición de ciclos de debilidad estructural ante escenarios de apertura externa.
El índice de utilización de la capacidad instalada es un termómetro clave del nivel de actividad industrial. Mide cuánto del potencial productivo real de cada sector se encuentra en funcionamiento, considerando el uso pleno de maquinaria y turnos disponibles. El nivel óptimo se sitúa entre el 70% y el 80%. Cuando se alcanza esa franja, las empresas suelen verse impulsadas a invertir para expandir su capacidad.
Hoy, sin embargo, la industria argentina opera muy por debajo de ese umbral, reflejando un presente de parálisis inversora, pérdida de competitividad y presión creciente sobre el empleo.