ACTO EN LA PLATA

Si ya saben cómo se pone, ¿pa' qué la invitan?

Cristina volvió a arremeter contra los funcionarios que no funcionan: "¡Vayan a buscar otro laburo!"

De izquierda a derecha: Máximo, Massa, Alberto, Cristina y Kicillof.

No es La Máquina de River, ni el Brasil del '70. Es la foto que dejó el oficialismo el último viernes en el Estadio Único de La Plata, en un acto que pretendió mostrar unidad de cara a la campaña 2021 (año de elecciones legislativas) y servir de festejo para cerrar el primer año de gobierno, pero que tuvo pases de facturas y volvió a desnudar las fisuras internas.

Con la 10 en la espalda, CFK sigue practicando el deporte que más le gusta desde que es vicepresidenta: marcarle la cancha a Alberto.

"¡Vayan a buscar otro laburo!", disparó La Jefa desde el escenario, en lo que lució como una recargada remake de su famosa frase "funcionarios que no funcionan", publicada en su epístola del 26 de octubre último -un día antes de que se cumplieran diez años del fallecimiento de Néstor Kirchner y uno del triunfo electoral que consagró a la fórmula Fernández-Fernández-, y que nos hizo acordar a aquella sugerencia de Pappo a DJ Deró en Sábado Bus.

El único que pareció haber recogido el guante fue Juan Pablo Biondi.

Mientras muchos de los que ocupaban el verde césped festejaban la ocurrencia de Cristina, el vocero presidencial se quedó de brazos cruzados. Y, al rato, publicó en Twitter una foto junto a Santiago Cafiero y Julio Vitobello con el texto: "Orgulloso de tener estos compañeros de equipo".

Ningún otro se hizo cargo.

Alberto y Cafiero volvieron a interpretar el sopapo como un apoyo a su gestión.

El ministro de Saud, Ginés González García, negó que esté pensando en renunciar: "Jamás me iría en esta situación".

Los demás funcionarios señalados  -Marcela Losardo (Justicia), Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), Felipe Solá (Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto), Claudio Moroni (Trabajo) y Nicolás Trotta (Educación)- ni abrieron la boca, aunque ya deben estar actualizando su perfil en LinkedIn.

Con la 10 en la espalda, CFK sigue practicando el deporte que más le gusta desde que es vicepresidenta: marcarle la cancha a Alberto.

El Frente de Todos logró llegar entero a diciembre en lo que fue su primer año de gobierno, aunque con muchísimas tensiones que seguramente derivarán en algunos movimientos dentro del Gabinete.

Romper en un año electoral no parece ser una buena idea, por lo que la coalición está predestinada a sobrevivir al menos hasta octubre de 2021.

De cualquier modo, ningún funcionario del Gobierno puede a esta altura sorprenderse del estilo confrontativo de CFK.

Mucho menos están en condiciones de sentirse ofendidos.

Al fin de cuentas, es ella quien sigue poniendo (la mayoría de) los votos.

Además, si ya saben cómo se pone, ¿para qué la invitan?

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