Elecciones: Wado de Pedro y Juan Grabois formaron una alianza
El ministro de Interior "Wado" de Pedro es la carta con la que el sector que rodea a la vicepresidenta podría competir en las PASO presidenciales en el caso en que ella confirme su paso al costado y señale a alguien de su propio riñón.
Con la novedad de la aceptación de Alberto Fernández al pedido para conformar una mesa política del Frente de Todos con vistas al armado electoral de las PASO oficialistas, el kirchnerismo duro comienza a esbozar su propia estrategia con más dudas que certezas, en un escenario marcado por la autopercibida "proscripción" de Cristina Kirchner y otras variables que escapan a su control.
El ministro de Interior "Wado" de Pedro es la carta con la que el sector que rodea a la vicepresidenta podría competir en las PASO presidenciales en el caso en que ella confirme su paso al costado y señale a alguien de su propio riñón.
Con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, el instrumento más competitivo y potente en términos electorales del kirchnerismo después de la ex presidenta, embarcado en el proyecto de su reelección en la Provincia, todos los caminos conducen a quien se presenta como el más moderado de los jefes de La Cámpora.
En el sub 50 del movimiento fundado por Néstor Kirchner no abundan las figuras conocidas a nivel nacional. La opción de Máximo Kirchner no está sobre la mesa a raíz del alto grado de estigmatización y vapuleo mediático y político al que fue sometida su figura en la última década. El ministro de Interior, el funcionario cristinista de mayor fuste en el Gabinete nacional, está muy por detrás del hijo de La Cámpora en nivel de conocimiento, pero estiman que puede crecer considerablemente con el correr del tiempo y el devenir de la campaña.
Si los adversarios en la interna fueran Alberto Fernández y Sergio Massa, dos de los tres socios fundadores del Frente de Todos, De Pedro corre de atrás, pero contaría con un as bajo la manga que podría alterar las ubicaciones de un momento a otro: tan solo un gesto de Cristina Kirchner, la accionista mayor de la coalición oficialista y dueña de la mayoría de los votos, ungiéndolo como su candidato, lo pondría casi con seguridad en la "pole position".
La transferencia de capital electoral sería casi automática, y para ganar la interna De Pedro solo tendría que cuidarse de no cometer errores no forzados.
Así se desprende de encuestas que en el entorno del oriundo de Mercedes mandaron a hacer, en las cuales se lo mide como "el candidato de Cristina", dando como resultado una ventaja por pocos puntos sobre el presidente y el ministro de Economía.
Aún dando por válida esta hipótesis, el riesgo de la apuesta es grande. Una figura del kirchnerismo duro está claramente en condiciones de ganar las PASO del peronismo, pero a la hora de seducir al electorado indeciso o más moderado de cara a la elección general, un "all in" a De Pedro podría alejar votos. Una referencia más "de centro" como Massa, en cambio, podría contener esos votos peronistas menos identitarios y más volátiles. Cristina Kirchner lo sabe, pero también pone en la balanza que las experiencias del 2015 (con Daniel Scioli) y del 2019 (con Alberto Fernández), cuando bendijo como candidato a presidente a un peronista que no pertenecía a su propia fuerza política, no terminaron nada bien.
La opción Massa dependerá no solo de la voluntad de la vicepresidenta sino también de la marcha de la economía y del desempeño de la gestión del ministro, fundamentalmente en lo que refiere a si logra el objetivo de planchar la inflación en este primer trimestre del año. El líder del Frente Renovador tendrá que lidiar, además, con las propias presiones familiares, que no lo quieren en la estresante primera línea de la batalla electoral, según él mismo confesó tiempo atrás. Hacia abril, las cartas estarán echadas y el escenario más clarificado.
De Pedro reparte su tiempo entre las responsabilidades de gestión, contactos frecuentes con miembros del Círculo Rojo, y visitas a distintas provincias del país donde se muestra virtualmente como candidato: encabeza reuniones y asambleas, da a conocer su visión de país, recibe propuestas para nutrir su plataforma. Poco se conoce que en muchas de esas recorridas lo hace acompañado del líder del MTE y del Frente Patria Grande, Juan Grabois. La última incursión de ambos en el Interior fue el martes pasado en Trelew, Chubut, donde encabezaron la sexta asamblea por un "Desarrollo Integral para una Argentina Humana y Federal", una iniciativa que los dos dirigentes impulsan para llevar adelante un plan quinquenal.
El "amigo del Papa" está entusiasmado con que "alguien de su generación", como De Pedro, sea el candidato a presidente en las PASO para que en el Frente de Todos no haya que resignarse a votar entre propuestas de "centro conservador". No obstante, es consciente que la decisión depende menos de las ganas de De Pedro como de la decisión de Cristina Kirchner, quien no se privará de utilizar el dedo para subir o bajar candidatos, por más que les haya pedido a los dirigentes peronistas que "tomen el bastón del mariscal". Por eso, Grabois ya le avisó a Alberto Fernández en Chapadmalal que si el camporista abandona la carrera por convertirse en precandidato, él mismo tomará su lugar. El dirigente social tiene claro que no quiere a Alberto Fernández ni a Massa, aunque no sacará los pies del plato y votará a quien gane la interna oficialista.
"Yo propongo mi candidatura. Yo soy candidato. Hasta ahora el único que dijo que era candidato soy yo. Primer candidato del Frente de Todos", anunció días atrás en una entrevista televisiva.
"Lo que yo planteo es un plan quinquenal y un candidato de nuestra generación. Obviamente hay hombres y mujeres bastante mejores que yo para eso, espero que se animen", agregó y señaló que "lo que le preocupa es que haya una alianza de centro conservador que sea la única opción dentro del Frente de Todos", agregó.
Fuente, NA