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Reforma laboral: cómo afecta al Estatuto del Periodista

La reforma laboral impulsada por el Gobierno nacional volvió a encender una fuerte polémica en el sector de la comunicación. Dentro del proyecto enviado al Congreso se incluyó la derogación del Estatuto del Periodista Profesional (Ley 12.908), una norma vigente desde 1946 que regula derechos, condiciones de trabajo y garantías específicas para quienes ejercen el periodismo en la Argentina.

La propuesta generó un rechazo transversal entre periodistas, sindicatos, entidades académicas y organizaciones vinculadas a la libertad de expresión, que advierten que su eliminación no solo implica una pérdida de derechos laborales, sino también un retroceso institucional con impacto directo en la calidad democrática y el derecho a la información.

El Estatuto del Periodista no es un convenio colectivo más. Se trata de un marco legal que reconoce las particularidades del oficio periodístico y establece protecciones específicas frente a despidos arbitrarios, presiones políticas o empresariales, además de fijar criterios sobre jornadas laborales, licencias, escalafón profesional, estabilidad e indemnizaciones especiales.

Qué propone el Gobierno y por qué genera rechazo

La derogación del Estatuto está incluida en el capítulo de "Derogaciones" del proyecto de reforma laboral, junto a otras normas que el Ejecutivo busca eliminar bajo el argumento de "modernizar" las relaciones de trabajo. Sin embargo, la iniciativa no fue consultada ni consensuada con los sectores directamente afectados, lo que profundizó el rechazo.

Para periodistas y organizaciones del sector, eliminar la Ley 12.908 implica dejar la actividad sin un marco que contemple sus riesgos y particularidades. El estatuto reconoce, por ejemplo, la libertad de conciencia, pensamiento y expresión, el acceso a las fuentes, la protección ante sanciones injustificadas y condiciones laborales que buscan evitar la precarización extrema.

Distintas voces coinciden en que sin derechos laborales concretos, el ejercicio del periodismo queda más expuesto a la autocensura y a condicionamientos externos, especialmente en un contexto de crisis económica, concentración mediática y deterioro del empleo en prensa.

Una reacción amplia y transversal

El rechazo a la derogación no provino de un único sector. En las últimas horas, periodistas de diferentes medios, con miradas políticas diversas y realidades laborales muy distintas, difundieron una solicitada en la que reclaman a los legisladores que rechacen la eliminación del Estatuto del Periodista y del Estatuto del Empleado Administrativo de Empresas Periodísticas.

El documento advierte que su derogación "significaría un grave retroceso para la libertad de expresión, el derecho a la información y la calidad democrática del país". En ese marco, se lanzó además una campaña de recolección de firmas que será presentada en el Congreso Nacional.

Entre las organizaciones que ya expresaron su rechazo figuran la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN), el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), la Asociación de Periodistas de la República Argentina (APeRA), ARGRA, la Mesa Sindical de las Comunicaciones, la Facultad de Periodismo de la UNLP y colectivos de periodistas de todo el país, entre muchas otras.

Por qué el Estatuto es clave para la libertad de prensa

La Ley 12.908 contiene 84 artículos que regulan el ejercicio profesional del periodismo y lo vinculan directamente con el derecho de la sociedad a estar informada. Entre otros puntos, establece límites a las jornadas laborales, regímenes de descanso, categorías profesionales, estabilidad, períodos de prueba acotados e indemnizaciones especiales superiores a las de otras actividades.

Según sus defensores, estas garantías no buscan otorgar privilegios, sino proteger el rol social del periodismo. La estabilidad y las indemnizaciones agravadas, por ejemplo, funcionan como un resguardo frente a despidos motivados por presiones políticas o empresariales, algo central para sostener la independencia editorial.

Desde FOPEA señalaron que, si bien no se trata de una entidad gremial, existe preocupación por cualquier desregulación que pueda profundizar la crisis del periodismo. "La precarización laboral impacta directamente en la calidad periodística", advirtieron desde la organización.

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