El popular programa de cuotas fijas, que supo ser un pilar del consumo, llega a su fin el 30 de junio. Tras perder protagonismo frente a las agresivas promociones bancarias y el repunte de las tarjetas de crédito, el Gobierno se retira de la escena para que las entidades financieras tomen las riendas de las estrategias de financiamiento al consumo.
