La alianza entre Meta y Anduril Industries para desarrollar tecnología de realidad extendida para uso militar marca un punto de inflexión. La movida no solo reconcilia a Mark Zuckerberg con el polémico Palmer Luckey, sino que redefine el papel de las grandes firmas tecnológicas en la defensa y genera nuevas preguntas sobre la privacidad y la percepción pública en la era de la inteligencia artificial.
