Espionaje ruso en Argentina: Descubren red del GRU y revelan su alcance en América Latina

Hace quince días, el periodista español Marc Marginedas, un experto en la estructura criminal del Kremlin, profetizó: "Tengo la impresión de que los rusos han encontrado en Argentina el lugar donde esconderse". Este miércoles 18 de junio, esa intuición se confirmó con el descubrimiento de una red de espionaje conformada por ciudadanos rusos y argentinos en el país. Se cree que todos ellos forman parte del Departamento Central de Inteligencia (GRU), el servicio de inteligencia militar ruso.

La investigación, liderada por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), señala que el grupo identificaba y reclutaba colaboradores para desarrollar operaciones de desinformación y recopilación de información política estratégica para los intereses de Rusia.

La célula, conocida como "La Compañía", mantenía conexiones con el llamado "Proyecto Lahkta", un mecanismo de injerencia atribuido al fallecido Yevgeniy Prigozhin, líder de la empresa de mercenarios Wagner y figura central de las operaciones encubiertas rusas hasta su muerte en agosto de 2023.

El principal organizador local sería Lev Konstantinovich Andriashvili, ciudadano ruso radicado en Buenos Aires, junto a su esposa Irina Iakovenko. Ambos habrían recibido financiamiento ruso para fortalecer la red y aprovechar el flexible marco migratorio de Argentina, que desde 2009 permite el acceso sin visado a ciudadanos rusos.

Infiltración y objetivos de la red

El objetivo, advertido por varios medios desde hace años, es claro: infiltrar agentes y formar circuitos de lealtad al Kremlin, influir en debates públicos y preparar a individuos que puedan obtener documentación local válida. Esto facilita su posterior desplazamiento hacia otras regiones, como Europa, actuando como ciudadanos argentinos.

Las actividades de estos agentes incluían la creación y difusión de contenidos en redes sociales, la captación de contactos en organizaciones no gubernamentales y civiles, y la realización de grupos focales para mapear simpatías, opiniones y posibles focos de resistencia a políticas prorrusas. Además, la célula rusa habría recolectado datos sensibles de tipo político e institucional, elevando la alarma sobre la posible manipulación de procesos electorales y la participación extranjera directa en dinámicas sociales internas del país.

Casos de espionaje ruso en la región

Este episodio se suma a una serie de incidentes ocurridos en otros países de América Latina:

• Brasil, el "laboratorio": Una investigación de The New York Times en mayo pasado reveló que Brasil se había convertido en un "verdadero laboratorio" para la creación de identidades ficticias y el envío de agentes rusos "ilegales" a Europa y Estados Unidos. El caso del agente Artem Shmyrev, camuflado como el empresario local Gerhard Daniel Campos Wittich, ilustró cómo estas redes operaban con documentos auténticos, trabajos legales y relaciones personales genuinas, insertándose sigilosamente en la comunidad local. La "Operación Este", conducida por la Policía Federal de Brasil desde 2022 en colaboración con organismos estadounidenses e israelíes, permitió desenmascarar al menos a nueve oficiales rusos.
• El agente en la Corte Penal Internacional: Un caso singular fue el de Sergey Cherkasov (Victor Muller Ferreira), quien intentó infiltrarse en la Corte Penal Internacional tras obtener un posgrado en la Universidad Johns Hopkins, hasta ser identificado y arrestado por uso de documentos falsos.
• Argentina como "país de tránsito": Argentina, históricamente considerada país "de tránsito" y "puerta de entrada" a Occidente para operadores rusos, ya había sido sacudida por el caso de Artiom Dultsev y Anna Dultseva. Esta pareja de agentes encubiertos vivió varios años en Buenos Aires, se integró, formó una familia y obtuvo pasaportes argentinos para ellos y sus hijos. Fundaron una pequeña galería de arte y una firma tecnológica, y en 2017 se trasladaron a Liubliana, Eslovenia, desde donde habrían continuado operando hasta ser descubiertos. Su historia ilustra el nivel de inversión personal y sacrificio: "Le dijimos a los niños que somos rusos, que son rusos y que somos los Dultsev", relató Anna Dultseva sobre su regreso a Moscú, donde fueron recibidos con honores por Vladimir Putin. La pareja reveló haber educado a sus hijos en español, completamente distantes de la cultura rusa, y al regresar, se dieron cuenta de que habían "olvidado" su lengua materna.
• Perú y Ecuador: El caso de "María Adela": Hacia noviembre de 2022, el sitio Bellincat reveló el caso de "María Adela Kuhfeldt Rivera", una supuesta joyera ecuatoriana nacida en Lima, Perú, cuya partida de nacimiento era falsa. Con un pasaporte con el código recurrente entre miembros del GRU (643258050), su misión era conseguir información sensible de la OTAN y la base naval de EE.UU. en Nápoles, Italia, antes de la invasión a Ucrania.

Ventajas para el espionaje y desafíos para la seguridad regional

Marc Marginedas enfatizó: "Tengo la impresión de que los rusos han encontrado en Argentina el lugar donde esconderse". Argumenta que la facilidad para obtener documentos y el escaso control migratorio han convertido a Argentina en una plataforma ideal para la dispersión de agentes hacia Europa. "Después de dos años tienes pasaporte argentino y te puedes mover muy fácilmente por Europa...", explicó el reportero, quien anticipa que el gobierno argentino podría estudiar medidas para limitar este flujo, como restricciones de ingreso para ciudadanos rusos.

El alcance de las operaciones rusas en América Latina no se limita a Argentina y Brasil. Investigaciones han detectado actividades similares en países como Uruguay, Paraguay, Chile y México, donde agentes habrían replicado el modelo de creación de identidades falsas, infiltración en organizaciones y captación de información confidencial.

Estos casos revelan la naturaleza transnacional y altamente adaptativa del espionaje ruso de Putin, así como las debilidades estructurales de los sistemas migratorios latinoamericanos, de control documental y de cooperación judicial en la región. El uso metódico de la migración regular, el matrimonio, la crianza de hijos y negocios locales legales son estrategias sistemáticamente empleadas por los servicios de inteligencia. Sumado al uso intensivo de redes sociales, ONGs y pequeños círculos culturales, el desafío crece para las agencias nacionales con escasa estructura de inteligencia y tecnología.

En este contexto, la cooperación y el intercambio de datos sensibles son prioritarios para evitar filtraciones que puedan tener repercusiones en terceros países aliados. La reciente coordinación entre la Policía Federal de Brasil, agencias estadounidenses y europeas representa un avance, pero la falta de marcos jurídicos ágiles sigue siendo un obstáculo.

El último caso argentino, sumado al de Alexander Verner, el "traductor" que logró infiltrarse en un conocido think tank nacional (descubierto por Infobae en abril de 2023), revela la dimensión de la infiltración rusa en América Latina. Una infiltración que, de no ajustarse ciertos mecanismos de seguridad, continuará creciendo. De esta profunda infiltración no solo podría beneficiarse Putin, sino también sus socios geopolíticos: principalmente el régimen de Beijing de Xi Jinping y una debilitada Teherán, con sus células terroristas de Hezbollah, que ya impactaron en la región en los años 90.