Análisis del plan de Caputo: similitudes y diferencias con el modelo israelí
Un informe académico señala las comparaciones entre el plan de estabilización argentino y el exitoso caso israelí de los 80, pero advierte sobre tres diferencias clave que podrían afectar los resultados.
El nuevo esquema cambiario implementado por el equipo económico de Luis Caputo guarda ciertas similitudes con planes de estabilización exitosos a nivel global, como el de Israel a fines de los 80. Sin embargo, un análisis del Instituto de Investigación de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) destaca diferencias que podrían complicar el panorama.
A mediados de abril, el gobierno abandonó el "crawling peg" del 1% mensual y adoptó un régimen de bandas de flotación, con un salto inicial del tipo de cambio oficial de casi 9%. Esta medida buscó responder a las crecientes expectativas de devaluación y al deterioro de la cuenta corriente del Banco Central (BCRA), producto de un dólar barato que incentivó el déficit de turismo y las importaciones.
Similitudes y diferencias con el caso israelí
El informe del IIEP señala que la "fase 3" del plan de estabilización argentino se asemeja a la desinflación israelí de 1985, donde tras un período inicial de tipo de cambio fijo y desinflación, se adoptó un esquema de bandas en 1989 para flexibilizar el mercado y evitar la apreciación excesiva.
No obstante, el informe advierte sobre tres diferencias importantes:
Amplitud de la banda: En Israel, el rango de fluctuación era del 6%, mientras que en Argentina es del 33% respecto a los $1.200 centrales.
Niveles de inflación: Israel implementó las bandas con una inflación del 20%, mientras que Argentina registraba un IPC superior al 50% interanual en marzo de 2024.
Atraso cambiario inicial: El tipo de cambio se apreció un 16% en Israel, pero un 34% en Argentina.
Estas diferencias implican, según el economista Joaquín Waldman, que el BCRA tendrá más dificultades para comprar dólares en el piso de la banda que en el caso israelí, debido al menor valor real del dólar, la mayor distancia entre el precio spot y el piso de la banda, y la mayor velocidad de caída de dicho piso por la alta inflación.
Waldman advierte que los planes de estabilización enfrentan dos riesgos principales: la relajación de la consolidación fiscal y los problemas derivados de la apreciación cambiaria. En el caso argentino, este último riesgo es el más latente.
Si bien el nuevo esquema de bandas representaba una oportunidad para revertir la apreciación cambiaria, el gobierno estaría forzando una baja del tipo de cambio a través de la intervención en el mercado de futuros, en lugar de acumular reservas como hizo Israel. Esta política, según analistas, podría resultar en un tipo de cambio apreciado y un debilitamiento de la posición externa.
Intervención en el mercado de futuros
La apreciación cambiaria se ha convertido en un pilar fundamental de la estrategia oficial para contener la inflación. En las últimas jornadas, el dólar ha cotizado sistemáticamente cerca del piso de la banda ($1.000).
La intervención del gobierno y el BCRA en el mercado de futuros, donde se registraron movimientos inusuales y un volumen récord de operaciones, es interpretada por el mercado como un intento de forzar una baja del precio del dólar spot.