PODER LEGISLATIVO

El Congreso "achicado": Diputados debería sumar 102 bancas y reconfigurar el mapa político argentino

La Cámara baja funciona con 102 legisladores menos de lo que manda la Constitución Nacional. Desde el regreso de la democracia, la ley que exige actualizar la representación de las provincias tras cada censo ha sido ignorada, generando una profunda subrepresentación de distritos clave como Buenos Aires y desatando el debate sobre la "casta" y el gasto público.

La Cámara de Diputados del Congreso de la Nación debería tener 359 miembros, es decir, 102 bancas más que las 257 actuales. El motivo es simple: la Constitución Nacional especifica que el número de representantes debe actualizarse después de cada censo. Sin embargo, esa normativa ha sido sistemáticamente incumplida desde el regreso de la democracia en 1983. La consecuencia: algunas provincias se encuentran significativamente subrepresentadas, mientras otras gozan de una sobrerrepresentación en el Parlamento.

Desde 1983 hasta hoy, la composición de la Cámara baja se ha mantenido inalterable. En tiempos donde el discurso de achicar el Estado -encarnado por el presidente Javier Milei y su "motosierra"- es predominante, resulta difícil imaginar que prospere la aplicación de una ley que implicaría aumentar el "volumen de la casta" y, por ende, el gasto público. Aun así, el tema resurge periódicamente en la agenda, dado el impacto que tiene para algunas provincias, en especial para Buenos Aires, que se encuentra en una clara desventaja.

El artículo 45 de la Constitución es claro: "La Cámara de Diputados se compondrá de representantes elegidos directamente por el pueblo de las provincias, de la ciudad de Buenos Aires, y de la Capital en caso de traslado, que se consideran a este fin como distritos electorales de un solo Estado y a simple pluralidad de sufragios". Y añade: "El número de representantes será de uno por cada treinta y tres mil habitantes o fracción que no baje de dieciséis mil quinientos. Después de la realización de cada censo, el Congreso fijará la representación con arreglo al mismo, pudiendo aumentar pero no disminuir la base expresada para cada diputado".

A pesar de los censos realizados desde 1960, la composición de Diputados no se ha alterado desde 1983, tal como lo destaca un informe elaborado por Facundo Cruz, Tomas Aguerre y Malena Magnasco, del Centro de Investigación para la Calidad Democrática (CICaD).


Las normas de la dictadura y la distorsión actual

El número de diputados por provincia se calcula en base a normas dictadas durante las últimas dictaduras argentinas, las de Alejandro Agustín Lanusse y Reynaldo Bignone. "Este conjunto de normas surgidas de gobiernos militares sentaron las bases de la representación democrática actual. Y así se ha mantenido desde entonces", explicaron los autores del informe de CICaD.

De acuerdo con la norma de Bignone, la representación sigue un criterio proporcional de reparto de bancas a partir del método D'Hondt, con una barrera electoral del 3% sobre el padrón de cada distrito. Esta norma también estableció la base de reparto: una banca a cada distrito por cada 161.000 habitantes o fracción mayor a 80.500, además de 3 bancas extras a cada provincia, con un piso mínimo de 5 para cada una. Esto significa que cualquier provincia argentina tiene como base 5 legisladores, sin importar si su población es menor al criterio de reparto poblacional.


El Censo 2022 y los grandes "perdedores" y "ganadores"

Según el Censo 2022, la población total de Argentina es de 46.044.703 habitantes. Para cumplir con la normativa vigente, la Cámara baja debería pasar de 257 a 359 bancas. La provincia más beneficiada con esta reforma -y actualmente la más perjudicada- sería la de Buenos Aires, que hoy tiene 42 bancas menos de las que le corresponderían por población.

Otras provincias que crecerían significativamente en cantidad de bancas, por ser los distritos más poblados, son Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Tucumán y Salta. El resto de las provincias también ampliarían su peso, aunque en menor medida, sumando entre 0 y 3 bancas adicionales.

Un detalle crucial es que la ley de Lanusse establece que ninguna provincia puede tener menos bancas que las asignadas en aquella elección. En ese entonces, a la Ciudad de Buenos Aires se le asignaron 25 bancas. Según Facundo Cruz, "como la ley de transición a la democracia que establecieron la cantidad de bancas para cada diputado remite a la ley de Lanusse, y esa ley sigue vigente, legalmente, hasta no cambiar la ley, la Ciudad de Buenos Aires no perdería bancas; sino que se quedaría 25, aunque le corresponden menos por censo".

Así como la CABA, varias provincias se encuentran sobrerrepresentadas si se considera su población real. Algunos ejemplos son Tierra del Fuego, Chubut o Santa Cruz, que, a pesar de su menor densidad demográfica, mantienen una representación garantizada por el piso mínimo.

A modo de curiosidad histórica, en 1853, tras la sanción de la Constitución Nacional, la Cámara de Diputados contaba con apenas 38 diputados, según una investigación de Diego Reynoso.


El proyecto Stolbizer y el desafío de rediseñar el recinto

Como ya es habitual, la diputada por la provincia de Buenos Aires Margarita Stolbizer presentó este año un proyecto para reglamentar el artículo 45 de la Constitución. Su iniciativa, que deroga el Decreto Ley vigente, establece que el número de diputados nacionales a elegir en cada provincia y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sea de uno cada 140.000 habitantes, o fracción no menor a 70.000. Además, especifica que, en ningún caso, se elegirán menos de cuatro diputados por distrito.

De sancionarse el proyecto de Stolbizer, la Cámara de Diputados pasaría de tener 257 a 334 miembros. La provincia de Buenos Aires sería la gran ganadora, pasando a tener 125 diputados.

De prosperar cualquier iniciativa que eleve el número de diputados, el Congreso se enfrentaría a un desafío práctico: rediseñar el recinto de la Cámara de Diputados. Instalar 102 bancas nuevas implicaría una obra mayor, y ya es un incordio ubicar a los 72 senadores en el recinto durante las Asambleas Legislativas, incluso sin requerir una banca propia para votar, sino solo una silla.

La discusión sobre la conformación de la Cámara de Diputados va más allá de los números; toca la esencia de la representatividad democrática en un país federal. 

¿Se animará la clase política a enfrentar este debate, o la "motosierra" mantendrá a la Constitución en stand by?

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