Whirlpool cerró su planta de Pilar y dejó sin empleo a 220 trabajadores
La empresa estadounidense Whirlpool cerró de manera inesperada su fábrica de lavarropas en el Parque Industrial de Fátima, en Pilar, y comunicó el despido inmediato de 220 trabajadores, contando a los operarios y el sector administrativo.
La decisión tomó por sorpresa a los empleados, que esta mañana fueron notificados sin previo aviso y expresaron su malestar frente a la planta, a la espera de explicaciones más claras.
Desde la empresa señalan que el cierre se explica por la caída del consumo, la pérdida de competitividad para exportar y el fuerte ingreso de productos importados que presionó sobre los precios locales. En el caso puntual de los lavarropas, empleados señalaron que modelos de Whirlpool que se vendían entre $800.000 y $1.000.000 quedaron desfasados frente a alternativas importadas -especialmente chinas- que cuestan la mitad.
La compañía informó que ya inició negociaciones con la UOM para definir un esquema de salida con indemnizaciones y un plus adicional. Además, aclaró que mantendrá en el país su operación comercial y de distribución -entre 100 y 120 empleados- mientras abandona, por ahora, cualquier actividad fabril.
Qué dice el comunicado oficial
En su comunicado oficial, Whirlpool habló de una "reconfiguración estructural de la operación en Argentina", y destacó que la continuidad comercial no está en duda. La planta de Pilar -inaugurada en 2022 tras una inversión de USD 52 millones- había sido proyectada para producir 300.000 unidades por año, con un fuerte perfil exportador. Sin embargo, en los últimos meses la producción había caído a 400 unidades diarias y ya se habían producido despidos de personal eventual.
Aún no está definido qué pasará con el predio ni con la maquinaria instalada. La empresa evalúa alternativas, aunque por ahora no adelantó si buscará vender la planta, reabrirla bajo otro esquema o mantenerla inactiva. El cierre sorprendió porque, aun con señales de desaceleración, los trabajadores no esperaban una medida de esta magnitud.
La filial brasileña de Whirlpool, controladora regional de las marcas Brastemp y Consul, también confirmó la noticia y aseguró que la decisión se tomó en línea con una estrategia global de eficiencia operativa. De esta manera, después de apenas tres años de funcionamiento, la fábrica de Pilar queda fuera del mapa productivo del grupo.








