ECONOMÍA

¿Rebote o más caída? La economía argentina en abril desata un cruce de proyecciones privadas

Tras la dura contracción de marzo, los primeros datos de abril generan un debate entre las consultoras: mientras algunas ven un leve repunte impulsado por la calma cambiaria, otras advierten sobre una nueva retracción por la caída del agro y los salarios estancados.

La actividad económica argentina, que en marzo registró su peor caída mensual desde diciembre de 2023 -en un contexto de incertidumbre con el FMI y crecientes expectativas de devaluación-, ha desatado un cruce de proyecciones para abril. Las primeras estimaciones privadas son divergentes: algunas consultoras avizoran un tenue rebote, mientras otras prevén una nueva contracción.

Desde Equilibra, el economista Gonzalo Carrera proyectó que en el cuarto mes del año la economía se contrajo un 0,8% respecto a marzo. Carrera atribuye esta merma a dos factores principales: la caída del 4% mensual en la producción agropecuaria debido a condiciones climáticas desfavorables, y los retrasos en las decisiones de consumo y producción a causa del cambio en el esquema cambiario y el deterioro de los salarios reales. El promedio del resto de los sectores, de hecho, arrojó una baja del 0,5%.

"La situación post nuevo régimen cambiario tardó en estabilizarse, ya que hubo saltos tanto para el dólar exportador como para el importador en abril, y las paritarias para los salarios privados formales no superaron el 2%. Es lógico que se posterguen decisiones de producción", profundizó Carrera. De cara a mayo, el especialista destacó la estabilización del dólar y la desaceleración de la inflación, pero mantuvo la cautela, anticipando que la recuperación no será significativa, ya que el Gobierno persiste en utilizar los salarios como ancla. "Seguro el agro va a crecer mucho porque la cosecha se está levantando, pero no veo una gran reactivación del consumo", acotó.


Optimismo cauto: señales de mejora y el impacto del ajuste

Por el contrario, otras consultoras proyectaron una leve mejora para abril. EcoGo estimó un tenue rebote del 0,8% frente a marzo, traccionado principalmente por el comercio y la construcción. "Ya despejadas las dudas con respecto al esquema cambiario y con una inflación que viene mostrando buenas señales, la actividad debería recuperar el sendero de crecimiento", pronosticó Luciano Patrucco, analista de la entidad.

En la misma línea, LCG también observó una tendencia a la mejora mensual en los primeros datos privados de abril, en parte "como efecto rebote y consecuencia de la calma financiera posterior al cambio de régimen cambiario (buena recepción de salida parcial del cepo y tranquilidad por los montos desembolsados por el FMI)". Respecto a los indicadores de consumo, LCG registró avances tanto en el consumo masivo (importaciones de bienes de consumo +15%, préstamos prendarios +5,5%, personales +4,4%) como en transacciones de bienes durables (+12%).

También se relevaron datos favorables en la construcción, como las escrituras en la Provincia de Buenos Aires (+17,5%) y los despachos de cemento (+10,9%), y en la industria manufacturera, con la producción automotriz (+11,9%) y metalúrgica (+0,3%). Los únicos números negativos se vieron en el consumo industrial de energía eléctrica (-1,3%) y en la molienda de oleaginosas (+18,5%). "Esperamos un crecimiento mensual leve para abril, relacionado con la baja que dejó marzo. Para adelante, continuamos proyectando un sendero de crecimiento, pero un poco más débil y errático, manteniendo disparidades entre sectores. Para 2025 estimamos un crecimiento en torno al 5% anual", adelantaron desde la consultora.

En Econviews coinciden en que los datos de abril muestran señales alcistas, aunque prevén que "la actividad va a seguir floja en los próximos meses". "El proceso electoral, el tipo de cambio apreciado y el estancamiento de los salarios reales seguirán limitando el dinamismo. El crecimiento del crédito en pesos y las medidas orientadas a movilizar los ahorros 'bajo el colchón' podrían aportar cierto impulso al consumo", expresaron.

Por su parte, la sociedad de bolsa Facimex señaló en un informe que la mayoría de los indicadores sectoriales de abril mostraron subas mensuales, lo que sugiere que "marzo habría sido una (breve, pero fuerte) pausa que no altera nuestra expectativa de crecimiento del 5,5%". Destacaron incrementos sin estacionalidad en la fabricación de autos (+16%), despachos de cemento (+14%) y préstamos al consumo (+9%), aunque con retrocesos en la producción de acero (-2%) y las ventas minoristas (-2%).

Con una tónica similar, el Índice de Producción Industrial (IPI) de Orlando Ferreres arrojó un incremento mensual del 1,2% el mes pasado, aunque no logró compensar el deterioro de marzo. "Hacia adelante seguimos esperando que la industria expanda su nivel de actividad, aunque los riesgos se han incrementado: la recuperación salarial se detuvo en los últimos meses, afectando la recuperación de la demanda que anticipamos; a su vez, las últimas bajas arancelarias a las importaciones, junto con el contexto cambiario, podría perjudicar a sectores puntuales", advirtió la consultora.


Marzo, el reflejo de la contracción económica

La economía se contrajo un 1,8% mensual en marzo, según el INDEC, en un contexto de creciente inestabilidad financiera y aceleración de la inflación. Fue la primera caída en casi un año y la más profunda desde diciembre de 2023, mes impactado por la primera devaluación del Gobierno de Javier Milei. El retroceso respecto a febrero se dio en medio de cuestionamientos, tanto del FMI como de economistas, al "crawling peg" del 1% mensual que aplicaba el Banco Central para el dólar, lo que generaba un persistente atraso cambiario y la consecuente pérdida de confianza del mercado en la sostenibilidad de la política monetaria.

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