Duras críticas por la baja de aranceles que pone en jaque el futuro de la industria de Tierra del Fuego
La eliminación de aranceles a la importación de celulares generó fuerte preocupación en empresarios y políticos de Tierra del Fuego, quienes advierten sobre el impacto en el empleo y la producción local del régimen de promoción industrial.
La decisión del Gobierno nacional de eliminar los aranceles a la importación de celulares desató una ola de preocupación en Tierra del Fuego, provincia que concentra la producción de la mayoría de los teléfonos móviles que se venden en Argentina. Aunque la medida aún no se oficializó, el anuncio ya genera dudas sobre la continuidad del régimen de promoción industrial que lleva más de medio siglo de vigencia y representa un costo fiscal anual superior a los USD 1.000 millones.
El gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, fue uno de los primeros en expresar su inquietud, calificando la medida como un "golpe muy duro" para la industria local. Aseguró que la eliminación de aranceles, sumada a la reducción de impuestos internos en televisores y aires acondicionados, responde a un pedido del FMI al presidente Javier Milei.
"La industria fueguina es empleo, es soberanía, y representa un desarrollo tecnológico de alta calidad que no existe en ninguna otra parte del país", afirmó Melella, quien prometió redoblar esfuerzos en defensa de la industria provincial.
La respuesta del Gobierno llegó a través del vocero presidencial, Manuel Adorni, quien minimizó las preocupaciones y aludió a la pérdida de "privilegios" del kirchnerismo.
En la misma línea, la senadora nacional peronista Cristina López advirtió sobre el desempleo, la desinversión y el "devastador impacto social" que la medida podría generar en la provincia. El senador radical Pablo Blanco fue aún más contundente, señalando que Milei firmó "el certificado de defunción de Tierra del Fuego".
El exministro de Producción Dante Sica, en diálogo con Infobae, consideró que sin aranceles, la producción en Tierra del Fuego, con sus costos logísticos, se vuelve "prácticamente nula".
Empresas del sector electrónico y de celulares manifestaron cautela y aseguraron estar analizando el impacto de la medida. Si bien reconocieron que la baja de aranceles podría tardar en reflejarse en los precios al consumidor, no descartaron movimientos estratégicos por parte de algunas marcas.
Desde Positivo Argentina, una empresa importadora, celebraron la medida al considerar que beneficiará al consumidor final al ofrecer precios más competitivos.
La contracara del anuncio es la reducción de impuestos internos a los teléfonos, lo que podría aliviar los costos de los fabricantes, aunque esta baja impositiva también alcanzará a los importados.
La Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte) expresó su preocupación por la baja de aranceles, a pesar de considerar positiva la reducción de impuestos internos. Remarcaron la necesidad de analizar el comportamiento del mercado tras la primera etapa de la reducción arancelaria.
Actualmente, el contrabando representa una porción significativa del mercado de celulares en Argentina. Si bien la baja de aranceles podría reducir el incentivo al contrabando, existe la posibilidad de que ambas situaciones coexistan, complicando aún más a la industria local.
En 2024, la producción de celulares en Tierra del Fuego experimentó una baja, tendencia que se mantuvo en el primer trimestre de 2025.
Un informe del centro de estudios Fundar reveló que el régimen de promoción industrial en Tierra del Fuego implica un costo fiscal anual considerable, superando incluso el presupuesto del Conicet. El economista Juan Carlos Hallak, autor del informe, señaló que la producción local deberá competir con celulares importados más baratos, aunque anticipó una posible baja de precios por parte de las empresas fueguinas. No obstante, consideró que la medida no necesariamente destruirá el régimen ni generará una crisis de empleo masiva.
Mientras el debate continúa, la mayoría de las empresas del sector analizan los anuncios y evalúan sus estrategias futuras, sin descartar la adaptación a un nuevo escenario que podría implicar la continuidad en Tierra del Fuego o la apuesta por la importación.