Las principales marcas anticipan una severa recesión para el año 2026
Los líderes de la industria de alimentos y productos básicos expresaron su pesimismo en un reciente encuentro empresarial, asegurando que la caída en el consumo, que ya es profunda, se acentuará el próximo año.
El clima de preocupación se instaló entre los altos ejecutivos del sector de consumo masivo que participaron en la última conferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA). Lejos de mostrar optimismo, la mayoría de los presentes coincidió en que el panorama económico para 2026 es sombrío, incluso peor que el difícil presente que atraviesa el país.
El principal motor de la inquietud es el estado de la demanda interna. Actualmente, el nivel de consumo masivo se encuentra diez puntos porcentuales por debajo de lo registrado en 2023, una caída que impacta directamente en la rentabilidad de las compañías. Un CEO de una marca de panificados de renombre fue categórico al proyectar que el año entrante no solo no traerá una recuperación, sino que podría profundizar la crisis de ventas.
Las cifras de las grandes compañías reflejan esta tendencia. Firmas líderes en alimentación reportaron ganancias netas muy inferiores o directamente pérdidas millonarias en sus últimos balances trimestrales, revirtiendo resultados positivos de años anteriores. Esta situación ilustra que el sector está absorbiendo una parte significativa del ajuste económico, cediendo márgenes para no trasladar la totalidad de los costos a los precios.
El gobierno, por su parte, mantiene la esperanza de que el crédito y la baja de la inflación puedan generar un rebote, especialmente en la venta de bienes durables. Sin embargo, los empresarios desestiman que esta vía pueda reactivar el consumo de la canasta básica. "El financiamiento no mueve el consumo masivo. La gente sigue sin tener poder adquisitivo para la compra diaria", afirmó uno de los ejecutivos. La apertura a la importación tampoco está generando el efecto deseado en la góndola en términos de precios.
Esta coyuntura pone en alerta al Palacio de Hacienda, donde, según trascendió, existe una gran preocupación por la falta de repunte de la demanda. Si esta tendencia se mantiene, advierten, el escenario para 2027 podría ser aún más complicado y volátil. Es fundamental que el poder adquisitivo se recomponga para que la economía doméstica pueda empezar a mostrar señales concretas de recuperación.








